
En ciudades como Barcelona, las Islas Baleares, Venecia, Bali, Bután y Ámsterdam han implementado medidas en contra de los turistas
Se acerca el verano y en los planes de más de una persona estará viajar a un destino que lo saque de la rutina y le permita tener experiencias gratificantes, dentro o fuera de su país. El turismo es una de las actividades más lucrativas del mundo, sin embargo, se ha empezado a gestar un sentimiento antituristas que podría arruinar la experiencia de los viajeros.
Este sentimiento antituristas se ve reflejado en manifestaciones recientes en ciudades europeas como Barcelona, Atenas y Málaga, reporta el medio BBC. En ellas, los residentes locales han exigido a sus gobiernos un mayor control sobre los turistas, pues acusan que estos suelen comportarse mal y causar estragos. Exigen mejores turistas.
Los buenos turistas, aquellos que sí son bienvenidos, son aquellos que respetan la cultura y la naturaleza local, aquellos que no beben cerveza en la playa y dejan su botella vacía o la colilla de cigarro en la arena. No basta con gastar dinero para ser un buen turista.
La BBC ha informado que en distintos destinos turísticos alrededor del mundo se ha empezado a discutir el tipo de turista que si es bienvenido y el que no lo es. El que si lo es, gasta dinero en las tiendas, impulsa la economía local y se comporta con respeto a las tradiciones y cultura local.
Medidas antituristas
Ante el creciente sentimiento antituristas, algunos gobiernos han recurrido a la implementación de medidas restrictivas, que limitan las actividades y lugares de acceso para los viajeros. Algunos ejemplos de ello son: Barcelona, las Islas Baleares, Venecia, Bali, Bután, Ámsterdam.
En el caso de Barcelona, España, las autoridades decidieron eliminar una ruta de autobús de Google Maps para evitar que los turistas se subieran a bordo. En las Islas Baleares, España, se han implementado restricciones al consumo de alcohol con la intención de recuperar el control sobre sus desordenadas calles.
En Venecia, Italia, se ha comenzado a cobrar una tarifa turística de 5 euros al día, para tratar de frenar la llegada de gran número de visitantes. En Bali, Indonesia, se ha implementado un impuesto al turismo para impedir que los visitantes profanen lugares sagrados y se comporten de manera irrespetuosa.
En Bután se impuso un impuesto turístico de 100 dólares al día, con la intención de reducir el volumen de visitantes que reciben en su país, así como el tiempo de su estadía. Y en Ámsterdam se anunció una medida para controlar el número de camas turísticas disponibles en la ciudad, así como una restricción para impedir la construcción de más hoteles.